La exposición permanente sobre el valor histórico del Castillo de San Cristóbal, ubicada en la parte subterránea de la Plaza de España, ha modificado sus horarios de apertura con lo que será ahora el martes, en lugar del lunes, el día en que permanecerá cerrado al público. Además, el horario para visitar el castillo será continuo: lunes, miércoles, jueves y viernes, de 10,00 a 18,00 horas, y sábados y domingos, de 11,00 a 19,00 horas.
El Centro de Interpretación Castillo de San Cristóbal es una propuesta interpretativa sencilla con la que el visitante podrá obtener información precisa, concisa y amena sobre los restos de la defensa, a través de un recorrido de paneles verticales situados desde el inicio de la galería hasta el mirador desde el que se contempla la muralla. Además se han dispuesto un total de tres pantallas que contribuirán, con el complemento de la música adecuada, a crear el ambiente propicio para que los ciudadanos disfruten al máximo de su recorrido por la parte subterránea de la Plaza de España.
En junio de 2006, a los pocos meses del inicio de la remodelación de la emblemática plaza, los operarios encontraron una estructura arquitectónica subterránea frente al edificio del Casino, que finalmente la Unidad de Patrimonio Histórico confirmó que se correspondía con el frente este del citado castillo, existente en este emplazamiento desde 1575 hasta 1928. Esta fortificación constituyó una de las principales defensas de la ciudad desde mediados del siglo XVI hasta la segunda década del siglo XX, y además dio nombre a la popular calle del Castillo de la capital tinerfeña. Los vestigios hallados pertenecían al muro del baluarte o punta de diamante emplazada en el vértice nordeste.
El Cabildo decidió entonces que estos restos fueran expuestos al público. Esta decisión se ha concretado finalmente en la excavación de una galería junto a los aparcamientos subterráneos de la plaza por la que se accede hasta la muralla, en la que además, en breve, el ciudadano tendrá la oportunidad de consultar una rigurosa y clara explicación, gráfica y escrita, sobre la importancia histórica de las ruinas que contempla.
La galería consta de un pasillo principal que después se subdivide en dos ramales que conducen indistintamente hasta la zona donde están localizados los restos del castillo. Ha sido construida de forma que los ciudadanos sólo tendrán acceso hasta el final de dichas bifurcaciones, situadas a cuatro y cinco metros de distancia de la fortaleza, con la finalidad de garantizar su conservación. Desde estos puntos de observación, también definidos como pequeños miradores, los ciudadanos tendrán ante sus ojos una muralla de cuarenta metros de longitud.