martes, 28 de octubre de 2008

‘El Guerrero Goslar’

El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, a través de la Concejalía de Cultura que preside Ángela Mena, cederá la escultura ‘El Guerrero Goslar’, de Henry Moore, para la inauguración del Tenerife Espacio de las Artes (TEA). Esta circunstancia supone un significativo respaldo a la iniciativa planteada en su día por la edil para recuperar aquel espíritu con el que la capital tinerfeña acogió la  Exposición Internacional de Esculturas en la Calle de 1973.
De esta forma, y tras la solicitud para el préstamo de la emblemática escultura de Henry Moore, que abandonará temporalmente la rambla General Franco para trasladarse al TEA y formar parte de su inauguración, prevista para este viernes. Además, el TEA y el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife colaborarán al dedicar varios ciclos y conferencias a la conmemoración de la I Exposición Internacional de Esculturas en la Calle de 1973 durante la duración de esta muestra, que podrá ser visitada hasta el 3 de abril de 2009.
Igualmente, la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife ha prestado al TEA varias obras de Óscar Domínguez procedentes del Museo Municipal de Bellas Artes, así como la obra ‘Idittu’, procedente también de la Exposición Internacional de Escultura en la calle de 1973 y obra de Néstor Basterrechea y que podía contemplarse hasta ahora en el vestíbulo de la Biblioteca Municipal.    
El éxito de la reunión convocada por Ángela Mena, que pasará a la historia de la cultura tinerfeña como el ‘Acuerdo de Clavijo’, recibió el respaldo incondicional de Rafael Escobedo de la Riva, vocal de la comisión de Escultura en la calle la Demarcación de Tenerife, La Gomera y El Hierro del Colegio de Arquitectos, además de la unánime y entusiasta respuesta de quienes fundaron y participaron en la Comisión de Esculturas en la Calle de 1973, tales como los arquitectos Vicente Saavedra Martínez, José M. Hernández Gómez, Carlos A. Schwartz Pérez y María Hortensia Ramos-Yzquierdo Zamorano, al igual que la del actual gerente del Organismo Autónomo de Cultura (OAC), Óscar Díaz.
Tras esta reunión, Ángela Mena presentó una moción en la que se solicitó someter a la consideración del Pleno del consistorio, para su votación y aprobación, la catalogación como Bien de Interés Cultural (BIC) al conjunto de obras incluidas en la Exposición Internacional de Escultura en la calle de 1973. La moción, que pretendía en palabras de la concejala “dar a conocer el valor escultural que tenemos en Santa Cruz y exportar la imagen de nuestra ciudad al mundo como un gran espacio cultural, una gran sala de exposiciones abierta a residentes y visitantes”, obtuvo el respaldo unánime de todos los grupos políticos.
Una escultura emblemática
‘El Guerrero de Goslar’ es una de las esculturas más emblemáticas de las que pueden encontrarse en la capital tinerfeña. Realizada en bronce, con unas dimensiones de 170 x 360 x 181 centímetros, se trata de una figura antropomórfica recostada de una figuración interpretada a través de la síntesis y la capacidad de abstracción. El autor juega en la misma con las superficies curvas cóncavas y convexas, relacionándolas con aristas y perfiles, la geometría y lo orgánico, y con la masa y el hueco. Es una de las mejores muestras de la máxima aportación de la obra de Henry Moore, que radica, precisamente, en su inquietud por resolver el problema del volumen perforado buscando todos los medios para relacionar y valorar estéticamente las conexiones entre las superficies interiores y exteriores de la obra.
Su autor, Henry Moore, nació en 1898 en Castleford (Inglaterra) y recibió el Premio Internacional de Escultura en la Bienal de Venecia de 1948 y en la de Sao Paulo de 1953. Está considerado como uno de los artífices de la renovación de la escultura contemporánea y los legados que ha dejado su influencia son universales. Para Moore el arte era una síntesis entre los elementos irracionales y la conciencia del creador, entre el equilibrio de los clásicos y la anarquía de los románticos, entre la realidad y la fantasía. Según sus propias palabras, “el hombre debe llevar a cabo una síntesis y debe llegar a un entendimiento con la contradicción”. En sus creaciones, Moore elevaba a la categoría de mitos las angustias y avatares de la sociedad moderna, recurriendo para ello a la fabricación de nuevos ídolos que evocaban temas eternos como la maternidad, la continuidad de la especie o el seno procreador.